La sociedad crimea ya tiene problemas de dinero antes del paso de la grivna al rublo

22 de abril de 2014  | TEINTERESAES |

Aunque no se ha concretado la fecha en la que la península de Crimea abandonará la que había sido su moneda oficial hasta su declaración de independencia, la situación económica del país ya está viviendo algunos de los problemas derivados de la anexión a Rusia.

La transición de la grivna ucraniana al rublo ruso, en un principio, se propuso que durara un año. Hasta enero de 2016 tendrían para adaptarse a la nueva moneda no sólo los crimeos, sino también las instituciones y, principalmente, las entidades bancarias.

Poco después, el pasado mes de marzo, el viceprimer ministro, Rustam Temirgaliyev, se retractaba y adelantaba esta fecha límite para hacer uso de la moneda ucraniana hasta el mes de abril porque “desgraciadamente”, la “circulación paralela no funcionará”.

Ahora, el rublo ha ido paulatinamente desplazando a la grivna aunque Temigaliyev todavía no ha concretado la fecha límite. Lo que sí admite es que cuando se anuncie esta fecha, “el cambio de la grivna al rublo será muy fácil” y que cuando las tiendas dejen de aceptar la moneda ucraniana, “se informará a todas las entidades físicas y jurídicas y a todos los ciudadanos de Crimea” con un mes de antelación. Para entonces, todos los ciudadanos podrán cambiar de forma gratuita su dinero ucraniano por dinero ruso, eso sí, según el tipo de cambio del Banco Central de Rusia.

Pero mientras Vladimir Putin y Sergei Aksionov preparan al país para la total inclusión de la moneda rusa en Crimea, son los ciudadanos los que empiezan a ver los problemas derivados de esta transición. No sólo la península se ha visto envuelta en un caos por el cierre de instituciones u oficinas o por los problemas identitarios que suponen pasar de ser ucraniano a ser ruso, sino que también sufren a la hora de hacer actividades tan ordinarias como ir a trabajar o cobrar el sueldo o, un poco más especiales, como comprar una casa.

No obstante, Temirgaliyev sostiene que ya se han abierto 143 oficinas bancarias, que nueve entidades ucranianas han dejado de operar en Crimea y que, a finales de esta semana, se abrirán otras 175 oficinas.

rublo

¿Cómo se cobra sin bancos que funcionen?

Edward A. Fyodorov tiene 37 años y empezó siendo vendedor de helados a los nueve años. Desde entonces, su empresa ha sido la encargada de importar alimentos congelados de Ucrania, desde bollos hasta ensaladas para McDonald’s, pasando por muchos de los productos que iban destinados a la cadena de supermercados alemana Metro.

Las dos compañías han dejado de operar en Crimea y ahora su negocio ha caído en torno a un 90%: de trasladar entre cinco y siete cambios diarios ha pasado a sólo poder realizar un envío semanal. La única opción que le queda es buscar proveedores rusos, pero sus productos son un 70% más caros y las vías de transporte más complicada. “Incluso aunque encontrara trabajo, la cantidad de bancos que hay cerrados imposibilitan los pagos”, ha explicado a ‘The New York Times.

Putin anunció el pasado jueves que espera que los bancos funcionen con normalidad en un plazo de un mes. Pero mientras, los problemas continúan en Crimea. Aunque se mantengan de forma paralela las dos monedas, los precios no dejan de oscilar y los tipos de cambio fluctúan continuamente, por lo que se obliga a recurrir a calculadoras con transacciones tan sencillas como pagar un taxi.

Terrenos que duplican su precio en tres semanas

Maxim e Irina Nefeld son  una joven pareja moscovita que siempre había soñado con vivir cerca del mar. Decidieron irse a Crimea, donde comenzaron a buscar un terreno para pasar juntos el resto de sus vidas. Encontraron uno, rodeado de pinos y con vistas al mar, el mismo día que Putin anunciaba la anexión de Crimea a Rusia. Entonces, el precio era de cerca de 43.000 euros.

Firmaron la compra, pero no pudieron completarla porque no había ningún banco que pudiera reaizar la transferencia del dinero. Un día después, el propietario del terreno pidió más de 50.000 euros. Los tipos de cambio iban variando, pero Nefeld aceptó y voló a Moscú para movilizar el dinero en efectivo. Cuando volvió, el 10 de abril, sólo 23 días después de que Crimea pasara a ser rusa, el propietario exigió casi 72.500, casi el doble del precio inicial.

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La vida empieza a convertirse en un caos en la Crimea rusa

22 de abril de 2014TEINTERESAES |

Hace un mes, el 21 de marzo, Crimea dejaba de formar parte del territorio ucraniano para pasar a estar bajo soberanía rusa. Los residentes de la península no parecen notar que viven en un país diferente, aunque lo que sí están notando es que lo hacen en un estado en confusión perpetua.

Pasar de una Crimea ucraniana a una Crimea rusa se ha convertido en una transición un tanto caótica, en medio de la creciente tensión que existe en el este de Ucrania, donde puede que la situación que se ha vivido en la península del mar Negro pueda repetirse en otros lugares.

Ahora, pocas instituciones funcionan con normalidad y la mayor parte de los bancos y de los registros están cerrados. Los tribunales han pospuesto de forma indefinida infinidad de casos, muchas compañías extranjeras han cerrado y la importación de alimentos es puntual, fortuita. Y muchos crimeos no pueden obtener sus carnés de conducir, ni las matrículas de sus coches ni tampoco pagar sus seguros sanitarios.

En medio de esta transición, lo que han llamado Unidades de Autodefensa realizan redadas e inspecciones repentinas, sin órdenes oficiales, en todas las estaciones de tren y en otros puntos de entrada a la ciudad. Entre los más afectados por esta tensa situación están los colectivos de drogadictos, activistas políticos, homosexuales o incluso clérigos ucranianos, todos ellos censurados o por el Ejecutivo o por la Iglesia ortodoxa rusa. Todos ellos temen por su vida en una ciudad dirigida ahora por un Gobierno menos tolerante.

En busca de un permiso de residencia

Ahora, son rusos los burócratas que emiten los pasaportes y los permisos de residencia para Crimea y que se sientan en el edificio gubernamental donde hasta hace un mes se sentaban sus predecesores ucranianos. Es en la puerta de este edificio donde Roman Nikolayev, un gerente de transporte retirado, espera todos los días para obtener permiso de residencia para sus familiares ucranianos.

La hija y la nieta de Nikolayev llegaron a Crimea desde Ucrania y, al poco tiempo, se vieron a sí mismas en un país diferente. Ahora Nikolayev, de 54 años, intenta convertirlas en residentes legales, pero ni siquiera puede acceder porque está en el puesto 4.475 de la lista de espera para obtener pasaportes de un edificio en el que sólo entran cerca de 200 personas al día.

“Han establecido líneas telefónicas directas (con el edificio), pero nadie contesta”, asegura Nikolayev a ‘The New York Times’. “Antes teníamos un país más o menos bien organizado; la vida era fluida. Ahora, en sólo un par de semanas, un país se ha convertido en otro”, asegura el crimeo. “Es un desastre”.

El problema de la identidad

Un profesor universitario de Filología, Vladimir P. Kazarin, cree que no será fácil que Crimea abandone este caos. “Se necesita una reconstrucción radical y total (…). Tardaremos dos o tres años para salir de este caos, ahora tenemos que seguir viviendo”, explica.

A un nivel más profundo, muchos ciudadanos crimeos tendrán que enfrentarse a un problema sobre su propia identidad, algo que va más allá del simple cambio oficial de pasaportes. Tra profesora universitaria, Natalia Ishchenko, con raíces en ambos países, no sabe cómo reaccionar. “No puedo decirme a mí misma: ‘Vale, ahora tengo que dejar de querer a Ucrania para querer a Rusia”, asegura. “Me siento como si mi país estuviera dividido en dos partes. Es psicológicamente muy duro”, añade.

Sin embargo, el Gobierno resta importancia a estas preocupaciones. “¡Tonterías!”, expresa la ministra de Turismo, Yelena Yurchenko, que considera que son “pequeñas cuestiones” que pueden ir resolviéndose según van apareciendo. “Puede crear cierta tensión para la gente vaga que no quiere progresar”, añade, rotunda. Pero para intentar solucionar este “problema”, decenas de autoridades rusas han viajado hasta Crimea con el único objetivo de enseñar a los crimeos cómo ser rusos.

Nuevas normas, nueva tensión

Además de los problemas identitarios que ha generado la anexión de Crimea a Rusia, las nuevas normas a las que se sujeta ahora la península han modificado los flujos empresariales: la importación de alimentos, por ejemplo, ha caído drásticamente. Las autoridades crimeas han prohibido la importación de queso y cerdo de Ucrania y han anunciado nuevos controles fronterizos que entrarán en vigor este viernes. Ahora, los consumidores tendrán mucho más difícil adquirir productos tan ordinarios como sus yogures favoritos.

En este contexto y citando “problemas técnicos” McDonald’s ha cerrado sus puertas en Crimea. La cadena de supermercados alemana Metro también ha dejado de operar. La mayor parte de las compañías extranjeras quieren evitar recibir sanciones por trabajar en territorio crimeo. Sin embargo, el Gobierno ha asegurado que “más de la mitad de los negocios” siguen funcionando.

El viceprimer ministro crimeo, Rustam Temirgaliyev, ha asegurado que de las entre 35.000 y 37.000 empresas registradas en la Crimea ucraniana, al menos 25.000 ya se han registrado en la nueva ciudad rusa. Además, sostiene que ya se han abierto 143 oficinas bancarias, que nueve entidades ucranianas han dejado de operar en Crimea y que, a finales de esta semana, se abrirán otras 175 oficinas, según los datos recogidos por la agencia Itar-Tass.

A pesar de Crimea, Ucrania se desintegra

El caos que existe en Crimea no ha servido para detener a otras regiones del este de Ucrania, que siguen subiéndose al carro de la anexión en Rusia. Después de que la península del mar Negro se uniera a la Federación vecina, la región de Donetsk siguió los pasos de los separatistas crimeos y se declaró república independiente el pasado 7 de abril.

Menos de dos semanas después, fue Odesa la que expresó su intención de abandonar Ucrania para pasar a convertirse en un nuevo estado federal de Rusia. El 16 de abril nacía la República Independiente de Odesa que, según el manifiesto de la declaración de independencia, es una ciudad «democrática, multiétnica, tolerante y que decide mediante la decisión de la mayoría de sus residentes, y no (por orden de) la CIA o el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU)».

La última en declarar su independencia y su intención de anexionarse a Rusia ha sido Lugansk, que este mismo martes ha decidido, por votación de su ‘asamblea nacional’, celebrar un referéndum para decidir el estatus territorial de la región. La votación, que tendrá lugar en dos fases, se celebrará los próximos 11 y 18 de mayo.

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El Consejo de la Alianza Atlántica aprueba defender Ucrania «por tierra, mar y aire»

16 de abril de 2014TEINTERESAES |

El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, ha anunciado este miércoles el refuerzo «inmediato» de la defensa colectiva de los miembros de la Alianza con el despliegue de recursos por «tierra, mar y aire» en los países del este de Europa, ante la crisis ruso-ucraniana.

«Habrá más aviones en el aire, más barcos en el agua y más disposición en tierra«, ha asegurado Rasmussen en una rueda de prensa que ha concedido al finalizar una reunión del Consejo del Atlántico Norte. Rasmussen también ha añadido que la «solución política es la única salida» a esta crisis

Este miércoles, los países miembros de la OTAN han celebrado una reunión para debatir, a nivel de embajadores, las opciones para reforzar la defensa colectiva en respuesta a la crisis ucraniana tras la anexión rusa de Crimea, con el objetivo de calmar, sobre todo, a los aliados del este de Europa más preocupados por el desafío ruso.

Al finalizar la rueda de prensa, Rasmussen ha anunciado las decisiones tomadas y ha mostrado el «apoyo total de la OTAN a las conversaciones de Ginebra» y a «todos los esfuerzos de la comunidad internacional para encontrar una solución política que satisfaga las aspiraciones democráticas del pueblo ucraniano y respete la soberanía y la integridad territorial».

En este sentido, el secretario de la OTAN ha hecho un llamamiento para que «Rusia sea parte de la solución» de manera que deje «de desestabilizar Ucrania, repliegue a sus soldados de las fronteras y deje claro que no apoya las acciones violentas de los separatistas rusos».

La OTAN defenderá a sus aliados y señala directamente a Polonia, Rumanía y los países bálticos

El Consejo ha acordado que la medida principal de la OTAN es «proteger y defender a sus aliados» y que entre los pasos que dará la Alianza, mejorará la «misión policial aérea en los estados del Báltico y enviará aviones de control y vigilancia aérea a Polonia y Rumanía». Asimismo, desplegarán más barcos en el mar Báltico, en el este del Mediterráneo y «donde sea, si es necesario».

«Empezaremos a llevar a cabo estas medidas inmediatamente«, ha asegurado Rasmussen. «Y le seguirán más, si es necesario, en las próximas semanas o meses». Rasmussen sostiene que estas medidas militares tienen el objetivo de «reforzar nuestra defensa colectiva» y «demostrar la fuerza de la solidaridad entre aliados».

Todas las medidas serán proporcionales a la amenaza

Los ministros de Exteriores de la OTAN pidieron el pasado 1 de abril opciones a las autoridades militares, incluidos posibles refuerzos militares por mar, aire y tierra en los países del Este de Europa, revisar los entrenamientos y ejercicios, un posible aumento de la fuerza de intervención rápida de la OTAN y la posibilidad de actualizar los planes de defensa en respuesta a la crisis ucraniana.

El comandante del centro de gestión de crisis y operaciones del cuartel general militar aliado, el general de Infantería británico Gary Deakin, avanzó la semana pasada que «las medidas serán proporcionales a la amenaza» tras admitir que los 35.000 y 40.000 soldados rusos en la frontera con Ucrania no representan una amenaza directa para los aliados y que se trata de «no escalar» la crisis.

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El aumento del precio del gas ruso a Ucrania podría provocar una ‘guerra energética’ en toda Europa

8 de abril de 2014 | TEINTERESAESEnergía

El aumento del precio del gas que Rusia suministra a Ucrania ya es una realidad. El pasado 1 de abril, la compañía gasista rusa Gazprom dejaba de aplicar los descuentos que habían imperado en las facturas del país vecino hasta ahora a causa de las deudas acumuladas por Kiev. Desde ahora, cada 1000 metros cúbicos de gas importado, Ucrania deberá desembolsar 485 euros, un 80% más de lo que pagaba hasta ahora.

Con este aumento de la tarifa, una de las más altas de Europa, la economía ucraniana se vuelve cada vez más débil de cara a las elecciones que tendrán lugar el próximo 25 de mayo.

Este sábado, el primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, denunciabala actuación de una Rusia que no ha podido aprovecharse de Ucrania “por la fuerza” y que ha tenido que recurrir a una “agresión económica”, atacando a los suministros de gas.

En este sentido se expresaron el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y la Alta Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Catherine Ashton, la semana pasada, cuando acordaron facilitar la obtención de gas natural desde Polonia y Hungría, desarrollando una nueva ruta a través de Eslovaquia.

Y es que Kerry se niega a “permitir que la energía sea utilizada como arma política o instrumento de agresión”. No obstante, el suministro de gas desde el oeste del continente no podrá nunca sustituir en volumen al procedente de Rusia.

Obstáculos a la diversificación de la importación

En este mismo contexto existe otro obstáculo más para Ucrania y es que el tránsito de gas de oeste a este podría contradecir el contrato firmado con la compañía rusa. No obstante, Europa es consciente de esta situación, que intentan denunciar gracias a una investigación antimonopolio contra el gigante ruso, abierta desde hace algún tiempo por el comisario Joaquín Almunia.

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Para reducir esa dependencia, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se comprometió el pasado mes de marzo a aumentar las exportaciones no sólo a Ucrania sino a toda Europa de gas pizarra, aunque ha pedido que desarrollen sus propias fuentes de energía, como ya ha hecho EEUU con la fracturación hidráulica, conocida como ‘fracking’, para obtener gas no convencional.

No obstante, los líderes de la UE deben proceder con cautela ya que la diversificación de los suministros de gas podría provocar represalias por parte de Rusia: Moscú podría volver a cerrar el grifo del gas a Europa, como ya hizo en 2006 y en 2009, dejando miles de hogares sin energía, especialmente en los países que más dependen del gas ruso, como Ucrania. Cerca de un tercio del suministro del gas a Europa viene de Gazprom.

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Seis países de Europa dependen al 100% del gas procedente de Rusia

8 de abril de 2014 | TEINTERESAESEnergía

La anexión de Crimea a Rusia ha sido un duro golpe para Ucrania, que ha perdido un enclave geoestratégico importante. Sin embargo, desde el momento en que Moscú ha decidido ponérselo más difícil al nuevo Gobierno ucraniano las consecuencias se han extendido a un plano económico que afecta a toda Europa.

Basándose en las deudas que ha contraído Ucrania con el gigante gasista Gazprom, la compañía que exporta gas ruso a casi toda Europa a través del suelo ucraniano le ha dejado de aplicar a Kiev los descuentos que hasta ahora habían imperado en sus facturas, que pasan a ser un 80% más altas que hasta ahora. En este contexto, el primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, ha denunciado esta medida de Rusia asegurando que, al no poder aprovecharse de Ucrania “por la fuerza” ha tenido que recurrir a una “agresión económica”, atacando a los suministros de gas.

¿Pero qué puede suponer esta medida para el resto del continente? Europa sólo cuenta con un 3,1% del gas que se extrae de los más de 181.900 millones de metros cúbicos de yacimientos que existen en el mundo, según los datos de Enagas. Sin embargo, su consumo seis veces superior, alcanzando el 18,1%. Y en medio de esa necesidad de satisfacer las demandas energéticas es donde se encuentra Gazprom: el principal suministro de gas del continente.

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Seis países europeos tienen dependencia total del gas que procede de Rusia: Bulgaria, Estonia. Finlandia, Letonia, Lituania y Suecia. Pero no sólo eso, sino que desde República Checa, cuyo consumo depende en más de un 80% del gas ruso, hasta Países Bajos, con una dependencia del 5,8%, casi todos los países de Europa tienen una necesidad energética con Rusia.

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Sólo Chipre, Dinamarca, Irlanda, Malta, Portugal, España y Reino Unido no dependen en absoluto de la entrada de gas desde el territorio ruso. A pesar de estos países aislados que se libran de la unión necesaria con las compañías gasistas rusas, el 30% del total de las importaciones a Europa vienen de Moscú. Si Rusia cortara el suministro a Ucrania, en principio, no debería tener repercusiones directas en los países europeos si Ucrania sigue siendo zona de paso del gas.

No obstante, el director del programa de Energía y Cambio Climático del Real Instituto Elcano, Gonzalo Escribano, sostiene que tanto Ucrania como el resto de Europa deben dejar de depender directamente energéticamente de Rusia. «A corto plazo no hay una solución, pero ellargo plazo empieza mañana«. Para Escribano la única opción de salir «del monopolio del Kremlin» es precisamente, evitar caer en otro monopolio, y diversificar el suministro de gas de diferentes zonas. Sin embargo, para esto, es necesaria una gran inversión económica.

Riesgo de desabastecimiento en Ucrania

La nueva crisis entre Rusia y Ucrania generada tras la anexión de Crimea a territorio ruso podría revivir el cierre de grifo que vivió Europa ya en dos ocasiones, en 2006 y en 2009, cuando Gazprom cortó el suministro energético, afectando a gran parte de los países del este.

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Aunque a corto plazo las consecuencias no son graves para Ucrania, la economía de Kiev tendría que enfrentarse al alto coste que supondría pagar la reciente subida de precios y hacer los abonos correspondientes de los impagos. Si Kiev decidiera no hacer frente a alguna de estas dos exigencias, Rusia podría cortar el suministro de gas.

En este contexto, aunque el invierno de 2014 ha sido un invierno suave y las reservas podrían mantenerse durante un período corto de tiempo, la única posibilidad de que Ucrania no corriera el riesgo de debastecimiento sería que la Unión Europea le abasteciese, según explica Escribano.

No obstante, Ucrania se enfrenta a dos problemas. Por un lado, «Ucrania no puede recibir gas natural licuado porque ni tiene instalaciones para ello ni los barcos, encargados del transporte del material, pueden circular por el Bósforo». Y por el otro, los gasoductos instalados en suelo ucraniano no son de doble dirección, por lo que el gas no podría circular de oeste a este más en un caso puntual: un gasoducto que pasa por Hungría y Eslovaquia. «Por este sólo podría circular el 10% de los suministros», pero este gas proviene principalmente de Rusia y podría acabar en una disputa comercial.

«Ninguna de estas soluciones bastaría para acabar con este problema«, sostiene Escribano. Para el expero en Energía, la solución es la misma que para el resto de Europa: invertir en el corto plazo para poder dejar de depender de Rusia en el largo plazo.

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España podría convertirse en la puerta de entrada de gas para toda la Unión Europea

8 de abril de 2014 | TEINTERESAESEnergía

La Unión Europea sabe que si deja de depender del gas ruso, el Kremlin tendrá menos poder sobre el bloque en materia energética. Aunque tanto la alta representante de la UE para Política Exterior, Catherine Ashton, como el secretario de Estado de EEUU John Kerry lo han entendido y han reconocido recientemente que deben reducir la dependencia energética de Rusia para evitar que “la energía se use como arma política”,  la opción que han propuesto podría no solucionar ni el problema de Ucrania ni el del resto de Europa.

La propuesta de Kerry y Ashton es facilitar la obtención de gas natural para Ucrania a través de Polonia y Hungría desarrollando una ruta a través de Eslovaquia. Esta ruta es la que han elegido los líderes de la UE y EEUU porque es el único gasoducto con capacidad de transportar gas en las dos direcciones ya que «los gasoductos no son reversibles», según ha explicado a Teinteresa.es el director del programa de Energía y Cambio Climático del Real Instituto Elcano, Gonzalo Escribano.

La mayor parte de los gasoductos de Ucrania, construidos desde Rusia, sólo permiten el paso de gas de este a oeste. La vía que pasa por Hungría y Eslovaquia, sin embargo, sí es reversible y permitiría el paso del gas de oeste a este. No obstante, ante esta coyuntura, Escribano recuerda que aunque la dirección del gas sea opuesta, éste podría provenir de Rusia, ya que tanto Polonia, como Hungría o Eslovaquia dependen en gran medida del gas ruso. “Si Rusia considera que el gas que se está enviando a Ucrania es suyo, se puede involucrar en una disputa comercial con Europa”, explica Escribano. En cualquier caso, esta medida podría ser provisional para que Ucrania pudiera ir almacenando gas y pudiera mantener sus reservas a corto plazo, pero no sería una solución para al país.

La segunda opción propuesta por Kerry fue el desarrollo del corredor sur de gas para que a Europa pudiera entrar gas procedente de Azerbaiyán. En este sentido, Escribano también expresas sus críticas. “Hay que diversificar el suministro y evitar el monopolio. Acudir a las reservas de gas del Caspio no es una buena idea porque Azerbaiyán y Turkmenistán están en la frontera con Rusia”, sostiene Escribano. Enfocándose en esta medida, aunque Ucrania dejara de depender directamente de Rusia, el suministro energético seguiría siendo vulnerable a la presión del Kremlin.

España, acceso de GNL para toda la UE

Las propuestas de la UE y EEUU que sí tienen cabida para evitar seguir dependiendo del monopolio gasista ruso ha sido la de construir nuevas terminales de gas licuado. Y es aquí donde España tiene la oportunidad de convertirse en la puerta de acceso de gas para todo el territorio europeo.

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“En España tenemos instalaciones de gas natural licuado (GNL) y podemos traer gas de todas las partes del mundo”, explica Escribano, ya que cuenta con plantas de regasificación en al menos seis puntos del país: A Coruña, Bilbao, Barcelona, Port de Sagunt, Cartagena y Huelva. A estas hay que añadir la planta de Sines, en el sur de Portugal. Esto permite que el GLN, que sólo se puede transportar en barco, llegue a estos diferentes puntos y pueda ser manipulado para su traslado a través de los gasoductos.

La mayor parte del gas llega al país desde Argelia, mientras que el resto procede de Nigeria, Trinidad y Tobago, Qatar y Perú. Dada la cantidad de gas que entra en el país, España podría suministrar a toda la Unión Europea. Para ello, el país “tendría que proponerse para ayudar y ejercer la solidaridad a los países miembros de la UE” y “mejorar las interconexiones con Francia”.

En este sentido, según la Comisión Nacional de Energía, sostiene que la próxima ampliación de las interconexiones con Francia proporcionará mayor flexibilidad en el suministro de gas desde España hacia los mercados europeos. No obstante, esta ampliación no finalizará, como pronto, hasta 2015. Estas dos medidas favorecerían la diversificación del suministro y permitiría, paulatinamente y a largo plazo, que Europa dejara de depender energéticamente de Rusia. “Pero hay que empezar ya, porque el largo plazo empieza mañana”, explica Escbribano.

¿Podría España suministrar a Ucrania?

Escribano hace hincapié en que no existen soluciones a corto plazo, y mucho menos para Ucrania, dada su excesiva dependencia del gas ruso. ¿Pero podría España contribuir a largo plazo a favorecer la diversificación y  llegar a suministrar gas hasta Ucrania? Escribano asegura que es posible, pero no hoy.

“EL GNL se transporta en barcos metaneros —unos buques especiales que trasladan el gas a presión atmosférica y a temperaturas muy bajas—, pero estos barcos no pueden pasar por el Bósforo”, asegura Escribano. Para poder recibir GNL tendrían que construir, por un lado,gasoductos para su transporte; y por el otro, plantas de regasificación. Con todas estas instalaciones, Ucrania podría importar desde el Báltico, desde Grecia, Qatar, Tobago o Argelia. ¿Cuál es el problema? Que es mucho más caro.

Escribano explica que para que Ucrania dejara de depender de Rusia tendría que pagar un coste muy alto pero, a largo plazo, sería la única solución. Con unas infraestructuras nuevas además, Ucrania podría jugar con los precios del gas y optar por el mejor ofertante. En este sentido, si Ucrania compra gas a cualquier exportador a un precio más elevado, puede forzar a Rusia a que le reduzca los precios. En estas circunstancias y dado que los gasoductos que unen Rusia a Ucrania ya están construidos, Moscú puede bajar su precio incluso por debajo del nivel de competencia.

Todas las soluciones, tanto para Ucrania como para el resto de Europa, dependen principalmente del factor económico. Pero a largo plazo, la construcción de infraestructuras es la única opción que permite la independencia energética de todo el continente con Rusia. Así, el suministro podría diversificarse a otros mercados como el de Argelia o Qatar, e incluso al de Irán una vez que se levanten las sanciones impuestas por EEUU.

Mejora de interconexiones y exportación de energías renovables

Las interconexiones de España con Francia son uno de los principales problemas que Escribano considera a la hora de poder mostrar la capacidad de España como ruta de paso energética. En este sentido, el director del proyecto de Energía del Instituto Elcano ha criticado la escasa atención que se muestra a los corredores de gas intraeuropeos, algo que además dificulta la integración de las energías renovables.

“Una mejora de las interconexiones con Francia favorece la exportación de las renovables, una energía que Rusia no puede cortar”, añade Escribano. De esta manera y aunque sean consideradas más caras, se podría eliminar la vulnerabilidad energética ante Rusia.

Asimismo, Escribano sostiene que Estados Unidos debería considerar la exportación de su gas de esquisto o de pizarra a la Unión Europea con el objetivo de ejercer presión sobre Rusia, “una medida que la UE debería aprovechar”.

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